Estoy preocupada porque en los últimos años las personas han confiado y recurrido a un “especialista” PSIQUIATRA cuando se han sentido emocionalmente mal, tristes o ansiosos. Este especialista lanza un diagnóstico que puede ser “depresión”, “trastorno de ansiedad generalizada” “TDA”, lo que sea, e inmediatamente saca una receta para darte una píldora mágica.

Desafortunadamente, esta no es la solución y te voy a explicar por qué.

  1. Es normal estar tristes de vez en cuando. En especial si estas atravesando una situación difícil como un duelo o estas compartiendo tu vida con una persona tóxica o narcisista o vives en una familia disfuncional, tal tez tu empleo tiene condiciones poco humanas o el dinero o te alcanza. Debo decir que existen los entornos insanos, los sistemas insanos, en la vida pasan cosas, la sociedad misma puede ser muy insana, las redes sociales todo el tiempo exigiendo indirectamente un perfeccionismo y felicidad superficial es insano. Entonces la tristeza es como un semáforo que te dice que hay algo que está mal y que hay que arreglar, cambiar. Es lo más hermosamente humano que en medio de una cultura superficial puede existir. Pero parece que a una sección de la población le urge que parezcas feliz que te adaptes a lo inadaptable, como escribe Robert Neuburger: “¡Entrad todos, los tristes, los humillados, los traumatizados, abusados, engañados, aquellos golpeados por la injusticia, por la desgracia, por las pérdidas, por la deshonra, por la culpa, los heridos por la vida y los marcados por la existencia! ¡Entrad tristes y salid deprimidos! Ese es el rótulo que debería estar en numerosas consultas médicas.” Me encanta porque es verdad. Eso es lo que hacen los medicamentos te vuelven un zombie.
  1. La depresión no es un problema ni una enfermedad mental. Y mucho menos es un problema genético, ni cerebral, no es que algo este mal en ti, más bien es que algo muy triste te ocurrió, es un problema existencial, de la vida misma, algo maravillosamente humano. Puede ser el cúmulo de acontecimientos que llevas cargando en silencio o puede ser un solo hecho traumático, por lo tanto es algo que puede sanarse en días o llevar tiempo y esfuerzo para, ordenar, arreglar y al fin renacer. Es claro ver que un antidepresivo en este proceso está de más, en especial sabiendo que JAMÁS UN ANTIDEPRESIVO A CURADO UNA DEPRESIÓN y que sus efectos secundarios son más dañinos que la tristeza en sí. Léase la Advertencia de uno de ellos: «Una pequeña cantidad de niños, adolescentes y adultos jóvenes que durante los estudios clínicos tomaron antidepresivos como la fluoxetina, desarrollaron tendencias suicidas». Para mí esto es ya una razón suficiente para descartar el uso y la venta de esta barbaridad. Además de las experiencias que comparten las personas que los han usado, como aplanamiento de las emociones, otro crimen. Tomar un antidepresivo para quitarte la tristeza es exactamente igual que tomar una pastilla para bajar de peso, no estas atendiendo la causa real, solo se entorpece el proceso natural de sanación.
  1. En los años 70 se formuló la idea, repito, la idea, de que la causa de la depresión era un déficit de serotonina, esto se popularizó en los 90 justo la época que salieron los fármacos populares como fluoxetina y similares. Como dice Joan Ramon Laporte, «esta hipótesis, que asocia la serotonina con la depresión, no es más que un argumento para justificar la prescripción de estas barbaridades«. Lo de barbaridades es mio. Siempre fue una hipótesis que no se daban a la tarea de estudiar a profundidad, hasta el año 2022 que se publicó un estudio, del cual casi no se habla, pero ahí está, que en resumen nos dice que “no hay pruebas que demuestren que la depresión es consecuencia de un desequilibrio químico en el cerebro” y mucho menos hay pruebas de que los fármacos corrijan estos desequilibrios. Te comparto el link para que revises dicho estudio. Es decir, ya no hay forma de justificar el uso de esos fármacos, pero los siguen recetando. Y me pondré buena gente y daré el beneficio de la duda, hagamos de cuenta que creemos en que la causa de la depresión es un déficit de serotonina”, aun así, ¿por qué tomar un medicamento que no me dará serotonina?, si la serotonina se encuentra en el cacao, aguacate, plátano y haciendo ejercicio. Por cierto en 1989 en la universidad de Alabama hubo otro estudio donde compararon los medicamentos con libros de autoayuda y para sorpresa de muchos, los libros fueron tanto o mas eficaces que los antidepresivos.

Somos seres muy complejos, tenemos un cuerpo, una mente, emociones, un alma. Aunque nos quieran desalmar y nos quieran seccionar en pedacitos. Seamos conscientes de que no se puede solucionar un problema emocional y existencial con un fármaco.

Para terminar quiero decir que la psiquiatría ha fallado desde su nacimiento, como escribe Thomas Szasz: «en el siglo XIII la sociedad controladora estableció dos figuras: la bruja como el peligro y la inquisición como el salvador; más tarde, en el siglo XVII se repite este modelo, siendo ahora “La loca” el depresivo, “los anormales” el peligro y los psiquiatras los héroes, inquisidores. Desde entonces, la persecución de los pacientes mentales se ha prolongado y la popularidad sigue a la alza».  Alguien que no encaja en la sociedad, es un loco y hay que empastillarlo. Alguien que no es productivo.

En la época de la inquisición dudar del hechizo de una bruja como causa de una enfermedad, podía llevarte a la hoguera.

En la época de la locura, dudar de un “incorrecto funcionamiento de la mente” como causa de cualquier diagnóstico inventado, también puede llevarte a una hoguera. Kraus decía: «El diagnóstico es una de las enfermedades más extendidas».

Resumen de los resultados del estudio del 2022:

  • Estudios revelaron que quienes consumían estos fármacos ISRS o ISRNA tenían INCLUSO niveles mas bajos de serotonina en sangre que las personas que no los consumían.
  • No se hallaron diferencias en la concentración de serotonina en el cerebro de personas con y sin depresión.
  • Tampoco se hallaron diferencias en los receptores de serotonina en personas con y sin depresión
  • Tampoco se hallaron diferencias en la actividad de la SERT en personas con y sin depresión

Solo los psiquiatras valientes se atreven a cuestionar e ir mas allá.

Solo los científicos verdaderos se atreven a dudar.

Solo los locos que se atrevan a atravesar la locura de la cultura podrán sanar al menos un poco esta sociedad.

Articulo: https://www.nature.com/articles/s41380-022-01661-0

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